El fotógrafo vasco abre la temporada de UFCA con una conferencia que sirve de preámbulo a la exposición “Las fotografías de Burton Norton”. Que se podrá visitar hasta el 5 de diciembre.

“Burton Norton es un proyecto escrito y visual. Un proyecto literario y fotográfico”, señalaba Eduardo Momeñe (Bilbao 1952) horas antes de hablar en público sobre esa pequeña “puesta en escena de un fotógrafo del siglo XIX, que recorre Europa en compañía de un ayudante”. Momeñe, maestro  de fotógrafos y largamente experimentado, se acercó ayer al espacio de AlCultura para hablar de la historia del viaje de un retratista de Oxford, de un personaje “típico decimonónico inglés.

“Es un viaje romántico, me imagino”, nos indica y añade que es “una continua reflexión sobre aquel viaje y la figura de aquel fotógrafo, Burton Norton,“ por parte del ayudante, con la distancia que da el paso del tiempo. Mencionó esos dos mundos bastantes “irreconciliables”, por un lado la época de la I Guerra Mundial, con la fotografía decimonónica, y después el mundo del siglo XX.

Se trataba de dar respuesta al reto de llevar a cabo “un viaje interior fotográfico”, un reto según Momeñe porque “el problema que tienen las fotografías es que sí son reales y ahí no puedes fantasear mucho, como puede pasar en la literatura”. La conferencia ofrecida ayer es la fase previa a la muestra que hoy se abrirá en la sala de exposiciones de UFCA y que lleva por título Las fotografías de Burton Norton. Un muestra cuyo objetivo es “unir fotografía y texto”.

Momeñe reflexiona sobre la obra en la que “las fotografías necesiten ser descifradas por el texto y el texto quede ilustrado por las fotografías”. Al final, todo este trabajo se tiene que convertir en un libro, “que está al caer, pero que nunca cae”. Burton Norton es un personaje, “es un alter ego, me imagino… no lo sé”, indica el fotógrafo.

Para Eduardo Momeñe la fotografía es un medio de expresión, como cualquier otro. “Sirve para mostrar el mundo, pero no para hablar de él, es muy limitado, pero puede llegar a ser apasionante”. Considera que la fotografía es una forma de expresión, con un pensamiento diferente. “Eso es lo que hace que la fotografía no sea fácil. Es un pensamiento visual, que hay que descifrar”.

Momeñe habla de fotoperiodismo y pone como ejemplo el de un dominical “donde las fotografías son pequeños recursos ilustrativos para un texto que es el que manda. La fotografía ha tenido un papel de utilidad para eso”.

Al respecto añadió que es consciente de que está surgiendo un nuevo periodismo de interacción de imagen y texto “donde la inteligencia del texto está a la altura de la inteligencia de la imagen y la inteligencia de la imagen está a la altura del texto, y de una forma muy simbiótica”. Esto es una realidad, pero aún no ha llegado aquí. Habla del nuevo periodismo, de reflexión, y centrándolo en la imagen, “las fotografías tienen que ser excelentes”.

Fotógrafo y autor de artículos y ensayos, Momeñe ha impartido numerosos cursos, talleres y seminarios. Opina que enseñar fotografía tiene un problema: “El alumno, en principio, tiene una imagen que no se corresponde con la fotografía. No sabe lo que es la fotografía. Así como sí se sabe lo que es la literatura, aunque no se lea, en fotografía no se sabe cuáles son sus características, de qué trata el medio fotográfico”.

Para Momeñe, “es un medio de expresión absolutamente reflexivo y creo que el mayor problema es cómo cambiar el chip de los alumnos para decirles que la fotografía es algo distinto a lo que les habían contado. Ese es el paso más complicado. Es muy difícil usar una cámara sin saber de qué trata y eso tiene mucho que ver con que todos tenemos móviles y todo el mundo hace fotos”.

Lamenta el exceso de información “que es lo mismo que desinformación” sobre la fotografía y critica que las galerías de arte se hayan pasado a la fotografía creyendo que es pintura o arte conceptual “y no lo es”. Pero, a la vez “ese secretismo la hace apasionante”.

La muestra que desde hoy se puede ver en UFCA tuvo un gran éxito en el Círculo de Bellas Artes, en Madrid. Sin embargo es un proyecto abierto, que se adapta al espacio. Eduardo Momeñe está muy satisfecho.

Tiene proyectos y le gustaría trabajar sobre la I Guerra Mundial (alterna residencia entre Madrid y Bruselas) y sobre todo le interesa el vídeo y le gustaría hacer cine, está empeñado en ello.

 

Carmen González | Diario La Verdad CG