Lisboa no es un lugar, es un estado de ánimo. Lisboa es un estado de ánimo que Pessoa retrató con palabras y que Manuel Sonseca ha escrito con imágenes. Lisboa es un pájaro fosilizado para siempre en el cristal de una ventana, es un coche aparcado al borde de un abismo, un conjunto de líneas tejidas de sombras o dos estelas de tranvía sobre el suelo  siempre próximas, pero condenadas a no encontrarse jamás. Las posibilidades se multiplican a cada segundo. Vértigo. Contra el vértigo, nada mejor que respirar a fondo y dejarse llevar. Clic. Lo que antes era un mar infinito, ahora es un barco que podría llamarse ‘Saudade; lo que una vez fue un maniquí, ahora es la espera de lo que está por venir. Siempre en blanco y negro. El fotógrafo cuenta historias de la ciudad y lo hace siempre en blanco y negro porque sus flores, como diría el poeta, “son color de sombra”.

 

INAUGURACION 0La exposición ‘Lisboa revisitada’ toma su nombre del poema de Fernando Pessoa. ¿Fue primero Pessoa y luego la exposición, o primero la exposición y luego Pessoa?

Fue un trabajo al alimón. Primero fue el poema de Pessoa, siempre lo estoy releyendo. Vi este poema de Álvaro de Campos, uno de los heterónimos de Pessoa, en su versión de 1926, ‘Lisbon Revisited’ y decidí que eso era lo que iba a hacer: Revisitar Lisboa. Había estado en Portugal varias veces pero no había vuelto a Lisboa desde el año 2000. Del poema cogí el título, básicamente. Me encantan frases del poema como “vuelvo a verte, ciudad de mi infancia pavorosamente perdida” porque de alguna manera también me siento un poco identificado con ella. Tampoco pretendía hacer una cosa muy literal. En ‘El libro del desasosiego’ dice Pessoa que lo único que se nos ha dado realmente son las sensaciones, en ellas nos refugiamos y a ellas las exploramos como si fuesen inmensas ciudades desconocidas…O algo así. Esta exposición es un retablo de sensaciones, de pasear durante diez días por Lisboa y quedarme en un apartamento, en lugar de ir a un hotel. Son mis sensaciones sobre Lisboa.

¿Qué sensaciones busca ahora como fotógrafo?

En realidad creo que siempre hago las mismas fotos, da igual que esté en Lisboa, en Buenos Aires o en Madrid. Son sensaciones y quizá un intento de una búsqueda de uno mismo, de hacer una introspección continua a través de las imágenes. En este sentido, creo que siempre he hecho una especie de autoretrato, es casi un autoreportaje, usando una frase de un amigo poeta. Todo ha ido siempre en paralelo con el tema literario. Mi vocación habría sido más de escritor, pero uno tiene que admitir sus limitaciones.

 También se escribe con fotos, ¿no?

Bueno, es otra manera de escribir. Lo estaba hablando hace un rato. Había un fotógrafo norteamericano, Walker Evans, que quería ser escritor, fue a estudiar a la Sorbona en París y al final hizo grandes fotos. No es mi caso, escribo cositas de vez en cuando,  mi fotografía siempre ha ido muy paralela a la literatura, aunque no sea escritor, me inspira.

En este trabajo hay mucha sombra, mucha geometría y mucha geometría construida con luz y con sombras…

Me lo he preguntado porque veo las fotos y me doy cuenta de que la fotografía va por delante incluso de uno mismo. Hay veces que haces fotos sin saber muy bien por qué, luego las ves y ahí hay un trabajo de reflexión. He observado que, cada vez más, me atrae mucho ese juego de formas y de geometría. Hay una fotografía que está hecha desde un taxi en la que se ve a un señor con dos niños de la mano por la acera y en la fachada hay tres puertas. Esa relación de tres personas y tres objetos, con triángulos y sombras, son apoyos para construir la imagen que le dan fuerza y te hacen ver cosas que la gente normalmente no ve. El fotógrafo es privilegiado por poder ver esos juegos geométricos. Igual es que a lo mejor soy mucho más racional de lo que yo creo y por eso tengo esa querencia por la geometría.

Para algunos la geometría es una forma de ordenar un mundo caótico. ¿Es su caso?

Creo que sí. Puede haber una necesidad de ordenar. Tal vez mi vida personal no esté todo lo ordenada que yo quisiera y seguramente puede ser un intento subconsciente de buscar ese orden a través de las imágenes.  Me reconforta ver esas imágenes tan colocadas en su sitio, puede paliar ese desorden emocional.

INAUGURACION 4CLleva colgada una Leica al cuello. ¿Es la cámara con la que ha hecho la exposición?

Hice un intento de utilizar la cámara digital cuando salieron, pero después de unos meses utilizándola no me reconocía en las imágenes.

¿Qué les faltaba a las imágenes digitales?

No les faltaba, les sobraba. Les sobraba perfección, eran demasiado perfectas. Las veía muy frías, no tenían grano, eran algo demasiado artificial. No sé si era aburrimiento, pero no me reconocía en esas imágenes cuando las comparaba con mi manera de hacer tradicional y vendí la cámara en tres meses. Me encuentro mucho más así. Había demasiada técnica, cosas que me distraían de lo fundamental.

 Su herramienta de trabajo no ha cambiado, pero ¿ha cambiado su manera de afrontar la fotografía?

Indudablemente tiene que haber una madurez. Hay imágenes, incluso de esta exposición, de los noventa. En realidad no hay un cambio muy importante. Algunas imágenes de esos años aún tienen validez, otras se han caído porque eran muy malas. Quizá antes eran imágenes más gestuales, utilizaba mucho la cámara sin mirar por el visor y ahora me he vuelto más formal. Abundando en la geometría, los encuadres y la composición son más formales.

Usa una analógica en plena explosión digital, se mantiene fiel a sí mismo cuando parece que la única manera de trabajar es reinventarse a uno mismo periódicamente. Suena a rebeldía…

Nunca me he considerado demasiado rebelde, más bien obediente, lo cual no sé si es bueno o no, seguramente no. Creo que simplemente tengo una manera de ser. Me gusta la tradición y sigo ese mismo camino que igual me convierto en un clásico…Depende de lo que viva. Esto también depende de la moda, las modas son cíclicas y de repente hay un ciclo en el que estoy desfasado y al siguiente estoy a la moda. Esto es lo que implica seguir una trayectoria. En principio ha estado bien porque últimamente he recibido premios importantes, como el de Pilar Citoler en 2009, la beca Endesa en 2010…Han sido unos años de reconocimiento.

Inauguracion SONSECA 19CLo suyo va por ciclos, ¿en qué momento está la fotografía en general?

Es un momento en el que, por un lado resurge, aunque quizá no haya desaparecido del todo, el tema de la fotografía documental, apoyado creo por la técnica de la cámara digital, que permite tomar imágenes que antes eran más dificultosas técnicamente. También hemos tenido una época de fotografía muy formal, por la influencia de la escuela de Düsseldorf alemana, con gente como Thomas Ruff, que han influido mucho en los fotógrafos españoles, con formatos enormes, perfección absoluta y mucha utilización del color. Creo que ahora hay una vuelta a proyectos conceptuales de gente que no son fotógrafos, pero que utilizan la fotografía para expresar otros conceptos. Hay una mezcla de varias tendencias.

 

‘Lisboa revisitada’ se expone en la fotogalería de la UFCA hasta el 5 de abril 

 

Entrevista: Sandra Balvín

Fotografías: Fernando F.Val, Serafín Sanchez y Alberto Galán