Exposiciones
STEFANIE SCHNEIDER
Instant dreams
Del 17/12/2004 al 28/01/2005
Polaroid. Sin duda, una palabra mágica en el país de las imágenes. Si en condiciones normales cualquier fotógrafo ha de acercarse a este material como si fuera un artificiero de manos sudorosas que pretende desactivar un potente explosivo, cuando las películas usadas hace meses que caducaron, nadie nos garantiza que el resultado no nos vaya a reventar en los ojos. Y, efectivamente, la obra de la Schneider nos revienta ante nuestra desconcertada mirada. Sus trabajos tienen mucho de ese aire ensoñador que caracteriza a las películas en las que el principal protagonista es el desierto. Paisajes amarillos y evanescentes, figuras que no se sabe si pertenecen al paisaje o salen de él con trabajo, al igual que los mosquitos de sus larvas. Cada vez que Stefanie Schneider pulsa el botoncito de su cámara, invoca a esa familia imprevisible y casi siempre de buen humor, compuesta por el papá Azar, la mamá Suerte y los hermanos Casualidades. Todos ellos acuden, porque están deseosos de ser invitados, exponen sus puntos de vista, dan puñetazos sobre la mesa y muchas, muchas veces, imponen sus criterios. Esto no sé si es bueno o malo, sobre todo en los tiempos que corren, con tanto raciocinio y tanta planificación mandando en la vida de las personas. Pero miren estas imágenes y tengan cuidado porque si alguna de ellas les hechiza más de lo razonable pueden quedar atrapados en un país con los colores cambiados.